En esta charla exploramos la posibilidad de convertir la crisis en una oportunidad para apuntar a la movilidad sostenible. ¿Cómo romper el paradigma de la movilidad e impulsar desde lo local un sistema de transporte más eficiente y ambientalmente responsable?
Nuestra invitada, Eliana León, urbanista egresada de la Universidad Simón Bolívar, con especialización en gerencia pública de la Unimet y maestría en transporte urbano de la USB. Cuenta con una amplia trayectoria profesional dentro del sector público con cargos asociados a la gestión y planificación urbana y de transporte. Actualmente es profesora a tiempo integral del departamento de planificación urbana de la USB.
León es apasionada por su trabajo, dentro de su amplio ejercicio profesional se dedicó por 7 años a la gestión territorial municipal de Guaicaipuro, enfrentando un enorme reto de sentar precedentes de gestión urbana y constituir un equipo eficiente y capaz de enfrentar las necesidades del municipio. Esa pasión la acompaña hoy en las aulas donde combina su experiencia profesional con la teoría para enseñar a sus alumnos ética, discernimiento y buenas prácticas. Asimismo, su interés se centra en el transporte sostenible en el que los modos sean amigables con el ambiente y su eficiencia permita potenciar la calidad de vida de los ciudadanos. Ella contempla la posibilidad de impulsar modelos sostenibles y la inversión de la pirámide de la movilidad.
– Eliana, ¿puedes comentarnos cómo es la relación entre movilidad y transporte sostenible?
Lo primero que debo decirte es que cuando hablamos de transporte sostenible debemos pensar en un enfoque de mover personas y no vehículos; y recordar que se trata de una visión sistémica, en la cual existe un conjunto de elementos, cuya totalidad garantiza el éxito de ese sistema. Esos componentes de un sistema de transporte sostenible son: una red de modos de transporte integrada desde el punto de vista institucional, operativo, tarifario y físico; un sistema actualizado de cobro; tarifas asequibles, que beneficien incluso a la población menos favorecida económicamente, pero que sean suficientes para que el sistema pueda mantenerse en el tiempo; una infraestructura adecuada, conformada por paradas, estaciones e intercambiadores, en buenas condiciones de mantenimiento y que ofrezca confort y seguridad al usuario; una estructura de rutas optimizada espacialmente, para que los tiempos de recorrido sean adecuados y se logre la mejor y mayor cobertura geográfica posible; una flota que ofrezca condiciones de accesibilidad universal y que haga uso de tecnologías limpias, que contribuyan con la protección del ambiente; y la disponibilidad de información precisa en tiempo real, sobre la operación del sistema.
De forma tal que el transporte sostenible es el camino para una movilidad más eficiente, cómoda, segura, que garantice la protección del ambiente y la salud de los habitantes de las ciudades, y que coadyuve con una economía competitiva y un desarrollo equilibrado.
– La morfología y relieve de ciudades como Caracas dificulta la implementación de medios de transporte no contaminantes como las bicicletas, ¿puedes señalar cuáles aspectos se deben considerar y cómo se puede conformar un sistema de movilidad sostenible?
En casos como el de Caracas, la respuesta es la integración, sin lugar a dudas. El transporte sostenible está conformado por los modos de transporte no motorizado y el transporte público. En el transporte no motorizado tenemos la caminata, la bici y recientemente ha tomado un auge muy importante el patinete. Cuando estos modos de transporte cuentan con las diferentes formas de integración, es factible y atractivo dejar de usar el automóvil y adoptar nuevas formas de movilidad. Pero ¿qué significa eso de la integración? Pues significa que la oferta de los diferentes modos de transporte convergen en un mismo espacio físico, están operados de manera conjunta, la información sobre horarios, oferta y demás aspectos de la operación están vinculadas, las tarifas están unificadas y las operadoras de transporte vinculadas tienen una gestión común, lo que propicia que en un mismo viaje se pueda hacer uso de más de un modo de transporte, de forma tal que podamos salvar los obstáculos que crea la topografía combinando dos o más modos de transporte: así, donde la topografía tiene pendiente nos desplazamos en transporte público y como en las estaciones, paradas e intercambiadores, contamos con la oferta de una sistema público de bicicletas, por ejemplo, el viaje se termina en este modo de transporte, caminando o en patinete.
Por otra parte, las nuevas tecnologías también nos ayudan a hacer factible este tipo de viajes en transporte sostenible en una ciudad como Caracas. Por ejemplo, el uso de las bicis eléctricas, que también facilitan la circulación en vías con pendiente. Convencer al usuario va a depender básicamente de la organización del sistema y de las facilidades que se le ofrezca, pues se traducen en comodidad y seguridad, aunado a la disminución de los tiempos de espera y de viaje, y a las mejoras cardiovasculares que se alcanzan.
– Actualmente Venezuela se encuentra en una compleja y desafiante crisis económica que complica la reparación y mantenimiento de las unidades de transporte, aunado a la dolarización de la gasolina como factor que se suma al condicionamiento del uso de los vehículos automotores, ¿consideras estas razones como un incentivo a la inversión en un robusto y eficiente sistema de transporte público que desincentive el uso del vehículo particular? ¿Cuáles serían las medidas principales a tomar en cuenta?
Las crisis siempre son oportunidades. En Venezuela, a la par de esa crisis económica a la cual haces referencia y que ha venido aminorando el parque automotor del transporte público, se han sumado la disminución en la oferta de combustibles como la gasolina y el gasoil, así como la cuarentena y el distanciamiento social necesarios en un escenario de pandemia. Se trata de una situación que ha propiciado un incremento en los desplazamientos peatonales, así como en el uso de la bici como modo de transporte. Aunque no se trate de la implantación de sistemas públicos de bicicletas, es una oportunidad para que se difunda su uso, para que se descubran sus bondades y lo que tal vez pueda ser lo más valioso, que se pueda comenzar a creer en su uso como modo de transporte. Entonces es el momento en el que vale la pena visibilizar iniciativas que tienen tiempo desarrollándose en nuestras Caracas y que conforman un movimiento importante en pro del ciclismo urbano, a través de organizaciones tales como “BiciCultura Venezuela” y “Biciescuela Urbana Caracas”, y voy a aprovechar para recordar la bici escuela que funcionó en la Universidad Simón Bolívar hasta diciembre de 2019, en el contexto del servicio comunitario “Ruedalasimón”, que atendía a niños y jóvenes de diferentes instituciones educativas para enseñarles a usar la bicicleta; una iniciativa hermosa, pues los niños son los mejores agentes multiplicadores y aliados para impulsar un cambio de paradigmas.
Tal vez podamos comenzar por fomentar el uso de la bici con fines recreacionales. Eso no está mal porque podemos aprovecharlo como una oportunidad para enganchar gente y hacer que comience siendo una diversión y se transforme en un modo de vida. Hay muchas ciudades en el mundo en las cuales es muy común que las personas vayan a trabajar en bicicleta. Pero, para llegar a eso debemos comenzar por educarnos, por creer que es posible y, por supuesto, exigir a nuestros gobiernos locales apoyo para el desarrollo de la infraestructura necesaria.
– Considerando los referentes latinoamericanos en transporte sostenible, nos puedes indicar tres aspectos que se deberían considerar dentro de la planificación y gestión del transporte para las ciudades venezolanas.
América Latina en este momento está dando grandes ejemplos de buenas prácticas en transporte sostenible y de los casos que no han sido tan exitosos también hay mucho que aprender para aplicar en nuestras ciudades venezolanas. Yo me atrevería a privilegiar los siguientes aspectos:
Foto de Daniel Castellano, Gobierno de Curitiba.Planificación integral. En primer lugar, la práctica de la planificación integral, que conjuga la planificación de los usos del suelo y la planificación del transporte como un proceso único, que se retroalimenta. En tal sentido, es importante que este estilo de planificación propicie la aplicación de nuevos esquemas de usos del suelo, priorizando los usos mixtos en el centro de la ciudad; así como el desarrollo de viviendas y sistemas de espacios públicos, de forma tal que el grueso de los desplazamientos sean cortos y puedan realizarse en transporte no motorizado, mientras que el mínimo de desplazamientos largos pueda realizarse en un transporte público cómodo, seguro y confiable, cuyas estaciones sirvan de elementos estructurantes para la ciudad. Desde la década de 1960, Curitiba es un magnífico ejemplo de la definición de lineamientos de sostenibilidad y su aplicación en un sistema de transporte público vinculado a los usos del suelo y a la estructura de un sistema de espacios públicos, es decir, un estupendo caso de planificación integral del cual no se deja aprender.
Integración de transporte con visión holística. Puedo sonar repetitiva, pero la integración del transporte es fundamental porque cuando ocurren cosas como que en un mismo espacio físico operan todos los modos de transporte, las operadoras de transporte público tienen una visión compartida, las tarifas están integradas y el usuario paga un mínimo de veces y con el mismo instrumento. Mejor si se trata de un pago automatizado, cuando toda la información del funcionamiento de los diferentes modos de transporte está unificada, coordinada y disponible. Cuando los recursos económicos del sistema también atienden a la totalidad del mismo y cuando se comprende que se trata de un sistema que debe ser operado y entendido como un todo, se obtiene como resultado un servicio de transporte eficiente, confiable, cómodo, seguro, atractivo para el usuario. Son razones de peso para dejar el vehículo particular en casa y usar el transporte público y sostenible. La ciudad de Rosario-Argentina, es un ejemplo de integración de transporte público con criterios de sostenibilidad, que genera unos resultados muy interesantes.
Estructura de rutas. Un problema importante que suele haber en las ciudades venezolanas es que, ante la falta o debilidad de la planificación, las rutas de transporte no siempre responden a la demanda del servicio. En tal sentido, un aspecto que debería considerarse es la importancia de estudiar la demanda real del transporte público. Esto se puede hacer a través de los tradicionales estudios de movilidad o recientemente con el uso del bigdata, para planificar estructuras de rutas con un enfoque sistémico de intermodalidad, tomando en consideración el funcionamiento tanto de modos no motorizados como de los motorizados, priorizando obviamente los sostenibles. Asimismo, se debe garantizar que esa estructura de rutas se encuentre espacialmente optimizada, de forma tal que los tiempos de recorrido sean cortos y se logre la mejor y mayor cobertura geográfica posible, para que no queden sectores de la ciudad desatendidos o con una oferta insuficiente que se traduzca en largos tiempos de espera.
– ¿Eliana puedes señalar las ventajas de un sistema de transporte público sostenible para Caracas y cómo estas impulsarían la reinvención de la ciudad?
La consolidación de un sistema de transporte púbico sostenible en Caracas tendría repercusiones importantísimas en el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes y visitantes. Tan sólo veamos el ejemplo del Metro de Caracas, un modo de transporte público masivo sostenible, que fue concebido como un elemento estructurante en una ciudad que se había desarrollado de manera expansiva y orientada por el uso del vehículo particular. Esa visión estructurante con la que fue concebido este sistema permitió que esa metrópoli segregada y dispersa que era Caracas, se transformara en una ciudad en la cual se articularon nuevos espacios públicos y distritos funcionales, con accesibilidad a escala metropolitana. Más aún cuando el sistema se ha expandido por ejemplo hasta los Altos Mirandinos o hasta los Valles del Tuy, a través de su integración con el sistema ferroviario.
Esa es una realidad que constituye además una fortaleza, porque ese eje estructurante, que se conforma a lo largo de las diferentes líneas del sistema Metro de Caracas, son el punto de partida perfecto para que el sistema de transporte sostenible de nuestra ciudad capital se desarrolle y fortalezca; a través de la integración de modos de transporte y, por qué no, de la implantación de un sistema público de bicicletas.
Si muchos de los habitantes y visitantes de Caracas creemos, porque nos convencen con hechos de eficiencia, en un sistema de transporte público sostenible, vamos a optar por dejar el automóvil en casa y eso se convertirá en un círculo virtuoso. Cada vez habrá menos congestión, menos contaminación, más personas con tiempo libre para disfrutar, con mejores condiciones físicas, ya sea por la disminución de los niveles de estrés o como resultado de una mayor actividad física. Esto implica trabajadores más satisfechos, clientes contentos, economías fortalecidas, en fin, mejores condiciones de vida, ya que el transporte no es un fin en sí mismo, sino un medio que permite a las personas el acceso a los servicios y las facilidades que ofrecen los entornos urbanos. Y si es un medio eficiente, cómodo y seguro, al vida de esas personas mejora.
– ¿Cómo se puede incentivar desde las aulas a generar profesionales más capaces y comprometidos a planificar y gestionar ciudades más sostenibles, más humanas y eficientes?
Siempre hago un esfuerzo importante para que mis estudiantes internalicen dos ideas: la primera, que la ciudad es un sistema y, por lo tanto, cualquier decisión que se tome, medida que se aplique y que afecte a alguna de las partes también afectará a la totalidad. En segundo lugar, que tomen conciencia de la gran responsabilidad que tienen como Urbanistas, Arquitectos, Ingenieros, cuando inciden en decisiones que afectan a ese sistema ciudad. Acciones como la autorización de un movimiento de tierra, la selección de la localización de un urbanismo o de una edificación y su consecuente construcción, o tal vez la simple aprobación de un uso en una edificación preexistente, pueden ser determinantes para mantener, mejorar o disminuir la calidad de vida en un determinado contexto urbano. Eso es algo que cualquier profesional que tenga injerencia en el desarrollo urbano debe tomar en consideración.
Por otra parte, en el contexto mundial actual es fundamental fomentar en nuestros jóvenes la conciencia sobre la necesidad de proteger a nuestra gran casa natural: El planeta tierra. Y cuando tenemos esta clase de profesiones somos agentes determinantes para lograr mejores esquemas de desarrollo, que atiendan a las necesidades del hombre desde el punto de vista social y económico; pero que no se olviden de la importancia de proteger el ambiente en el corto, mediano y largo plazo. El contenido de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible debe ser internalizado por nuestros jóvenes, para que con plena conciencia sean agentes que motoricen los cambios que son necesarios.
– Para finalizar, ¿puedes indicarnos tres aspectos necesarios para reconstruir el sistema de transporte de una ciudad, y cómo los mismos se podrían replicar en cualquier ciudad de Latinoamérica?
Primero, sincerar la demanda real de transporte público en sus diferentes modos, para garantizar una cobertura geográfica completa y eficiente. Luego, pero no menos importante, privilegiar los modos de transporte sostenible y fomentar el uso de los no motorizados y de las energías limpias. Y, por último, orientar los esfuerzos por desarrollar todas las formas de integración de transporte público, partiendo de la integración institucional. Estos tres aspectos podríamos decir son fundamentales y de los mismos derivan los demás elementos que conforman un sistema de transporte sostenible exitoso.
Sobre la autora de esta entrada Edgarly Rondon.-
Urbanista egresada de la Universidad Simón Bolívar- Venezuela, con formación multidisciplinaria en áreas como economía urbana, planificación y diseño urbano, entre otros. Actualmente reside en Argentina. Mira superfil en Linkedin, haciendo clic aquí. Contacto: redgarlyr@gmail.com
Sobre la entrevistada Eliana León.-
Urbanista egresada de la Universidad Simón Bolívar, con especialización en gerencia pública de la Unimet y maestría en transporte urbano de la USB. Cuenta con una amplia trayectoria profesional dentro del sector público con cargos asociados a la gestión y planificación urbana y de transporte. Actualmente es profesora a tiempo integral del departamento de planificación urbana de la USB. Mira su perfil en Linkedin, haciendo clic aquí. Contacto: eliana.leon@gmail.com