Despilfarro vs. Hambre – Parte I

¿Sabías que a los desperdicios de alimentos también se les dice «comida chatarra»?

En este episodio de Calidoscopio Life a través de CICA Radio Comprenderás la dimensión real entre este despilfarro monumental y las vergonzosas estadísticas de hambre que se registran en el mundo. También exploraremos  las iniciativas que se están dando en distintos países para enfrentar esta locura de un mundo bipolar y, al finalizar el podcast, seguro querrás poner tu granito de arena por un mejor planeta. 

Aquí te dejamos la tertulia entre la Chica X y el Sr. Neto:

Para escuchar la segunda parte, clic aquí

Datos de interés

Según la FAO, en América Latina se desperdician 348.000 toneladas diarias – 127 millones de toneladas al año. Mientras, más de 42 millones de latinoamericanos mueren de hambre.

Ese total de 127 millones de toneladas significa que, en promedio, cada latinoamericano malgasta 223 kilos de frutas, verduras, carne, pescado y productos lácteos al año.

En el continente, los países que han publicado datos sobre desperdicios son Argentina, Brasil, México y Colombia.

Estos son los porcentajes de los productos que terminan en la basura porque no se venden por una infinidad de situaciones:

  • 55% de las frutas y hortalizas,
  • 40% de las raíces y los tubérculos,
  • 33% de los pescados y mariscos,
  • 25% de los cereales,
  • 20% de las oleaginosas y legumbres, productos lácteos, y carnes.

¿Quiénes son los que más desperdician la comida?

Los consumidores – 28%. Tiran la comida por una mala planificación a la hora de comprar y los errores que se cometen en el momento de conservar los alimentos.

Los eslabones de la cadena alimentaria – 72%, distribuido así:

  • 28% a nivel de producción, porque descartan muchas frutas, verduras o pescados que, por razones estéticas o de tamaño, no cumplen los estándares que muchas compañías exigen a los agricultores y pescadores.
  • 17% en mercado y distribución y otro 22% durante el manejo y almacenamiento, por las malas prácticas durante los procesos de manipulación y refrigerado. También influyen reglas de etiquetado de fecha de caducidad rígidas o mal entendidas.
  • 6% a nivel de procesamiento.
  • A pesar de lo escandalosas que resultan las cifras, la FAO estima que «sólo» el 6% de las pérdidas mundiales de alimentos se dan en América Latina y el Caribe.

Otro dato interesante: A nivel consumidor, el problema es más grave en los países industrializados. Mientras el desperdicio per cápita entre los consumidores es de 95-115 kg anuales en Europa y Norteamérica; en el África subsahariana, en Asia meridional y el Sudeste asiático se tiran solamente entre 6-11 kg por persona, asegura la FAO.

Ahora veamos la bolita del mundo. Por año, 1.300 millones de toneladas de alimentos se desperdician en el planeta. Esta cifra se viene diciendo desde 2013, cuando se publicaron los resultados de un estudio realizado por Fondo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Clic aquí para ver la noticia de ese momento.

Desmenucemos estos números:

  • 45% de las frutas y vegetales que se cosechan en todo el mundo se desperdician. La cantidad equivale a algo así como 3700 millones de manzanas.
  • También se desperdicia el 30% de los cereales, o 763.000 millones de cajas de pasta.
  • De los 263 millones de toneladas de carne que se producen mundialmente cada año, se pierde el 20%, el equivalente a 75 millones de vacas.

Esa cantidad, según los que manejan que el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, es suficiente para alimentar a 2.000 millones de personas. Esto es tres veces el número de personas que en este planeta sufren hambre de forma crónica. ¿Cuántos? 821 millones de personas, según cifras de 2018. Es decir, 1 de cada 9 habitantes sufre de inseguridad alimentaria.

Técnicamente, el término “inseguridad alimentaria aguda” se produce cuando “la incapacidad de una persona para consumir alimentos adecuados pone en peligro inmediato su vida o sus medios de subsistencia. Se basa en medidas internacionalmente aceptadas de hambre extrema,

África la más afectada
El Informe mundial sobre las crisis alimentarias 2019, presentado conjuntamente por la Unión Europea, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y el Programa Mundial de Alimentos, señaló que “alrededor de 113 millones de personas en 53 países experimentaron inseguridad alimentaria aguda en 2018”.

Dos tercios de las personas que padecen hambre aguda viven en 21 países donde se desarrolla un conflicto armado, aunque casi la mayoría se concentran en sólo ocho naciones: Afganistán, Etiopía, Nigeria, República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen. En otros 17 países, el hambre aguda se mantuvo igual o aumentó.

Por regiones, la más afectada es África, ya que más de la mitad de las personas que padecen hambre aguda se encuentran en 33 países africanos.
A los conflictos, los desastres naturales y el cambio climático se añade la situación económica como una de las principales causas del hambre aguda. Las crisis económicas condujeron a esta situación a 10,2 millones de personas, principalmente en Burundi, Sudán del Sur y Zimbabwe.

América latina: un riesgo creciente
Según ese informe de 2019, solo un cuatro por ciento de las personas que sufren hambre aguda, unos 4.2 millones, se encuentra en América Latina. Sin embargo, el informe advierte que la región tiene un alto número de personas, 5.6 millones en siete países, que han entrado en la fase dos de la inseguridad alimentaria. Esto es cuando en los hogares hay un consumo mínimo adecuado de comida, pero no pueden asumir otros gastos sin poner su alimentación en peligro.

De los 4.2 millones cuya vida está peligro, más de la mitad están en Haití y 1.6 millones en el llamado corredor seco de América Central, integrado por El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. El resto son 400.000 migrantes y refugiados venezolanos repartidos por América del Sur.

El informe no incluyó cifras de Venezuela porque no hay datos oficiales recientes, pero sí tomó en cuenta el aumento del número de desplazados que se proyectaban para 2019 si persistía la crisis política y económica de ese país. También se consideró el impacto que el fenómeno “El Niño” tendría en la agricultura y el precio de los alimentos en Latinoamérica y el Caribe.

Fuente: Noticias ONU / Lee este artículo: Más de cien millones de personas pueden morir de hambre

El futuro en cifras
La ONU estima que la población mundial superará los 9.000 millones en 2050.

Entonces, la producción global de alimentos deberá aumentar 70% para satisfacer la demanda, según la FAO, la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura. Será necesario hallar soluciones creativas.

  1. Frente a este panorama, la ONU tiene tres roles en esta problemática: 
  2. Reunir a quienes redactan las leyes, con académicos y la sociedad civil para tener discusiones al respecto.
  3. Documentar lo que está pasando y crear una plataforma de intercambio de soluciones, porque se trata de un desafío universal.
  4. Agenda normativa, poner presión a los Estados miembros sobre sostenibilidad y crear modelos económicos que sean menos dañinos para el planeta.

9 cosas que podemos hacer cada uno de nosotros

  1. Pequeñas cantidades: Sirve o come porciones de comida más pequeñas en tu casa y comparte con tus amigos en los restaurantes, en caso de que las porciones sean muy grandes.
  2. Reutiliza tus sobras: Guarda tus sobras para otra comida o utilízalas en un plato diferente.
  3. Compra sólo lo que necesitas: Sé inteligente con tus compras. Haz una lista de lo que necesitas y procura seguirla. No compres más de lo que puedes consumir.
  4. Deja los prejuicios a un lado: Compra frutas y verduras «feas» o irregulares. Son igual de buenas, pero un poco diferentes.
  5. Revisa tu refrigerador: Almacena los alimentos a una temperatura entre 1 y 5 grados centígrados para una frescura y una vida útil máximas.
  6. Primero en entrar, primero en salir: Trata de usar productos que habías comprado anteriormente. Mueve los productos más viejos al frente y coloca los más nuevos en la parte posterior.
  7. Entender las fechas: “Consumir antes de” indica una fecha en la que el alimento es seguro para ser consumido, mientras que «Consumir preferentemente antes de» significa que la calidad del alimento es mejor antes de esa fecha, pero sigue siendo seguro para el consumo después de esta. Otra fecha que se puede encontrar en los paquetes de alimentos es la de «Caducidad», la cual es útil para la rotación del inventario para los fabricantes y minoristas.
  8. Compostar: Algunos desperdicios de alimentos pueden ser inevitables, así que ¿por qué no instalar un contenedor de compost?
  9. Dona el excedente, compartir es vivir.

Más recursos

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