¿Sabías que casi una tercera parte de los que se embarcaron al «Nuevo Mundo» entre 1560 y 1579 fueron mujeres? Así es… De los 45.327 viajeros que partieron a América desde España, 10.118 eran mujeres. Ellas no solo sobrevivieron a un viaje que requería gran resistencia, sino que al llegar a América supieron ganar su puesto como grandes visionarias.
Esto no es noticia. Hace casi una década un equipo de expertos estudió con detenimiento los archivos de la época y encontraron que de esas diez mil almas femeninas 50% eran andaluzas, 33% castellanas y 16% extremeñas. También se determinó con exactitud que en el tercer viaje de Colón abordaron 30 damas y que más de 300 llegaron a Santo Domingo en el primer cuarto del Siglo XVI.
Pero estas cifras oficiales pueden estar a años luz de la realidad pues, tal y como ocurre hoy día, abundó la inmigración clandestina ante las grandes oportunidades que ofrecía el Nuevo Mundo.
Reconocimiento
El que se trate de una vieja novedad no evita que el impacto de la mujeres en el proceso de conquista y colonización de América sea poco conocido.
El Museo Naval de la Armada Española está entre las organizaciones que se han dedicado a difundir este interesante asunto con iniciativas como exposiciones. Una muy famosa fue la muestra «No fueron solos. Mujeres en la conquista y colonización de América«, realizada a mediados de 2012 bajo la dirección del teniente coronel Javier Bellas Dublang, junto a Mariela Beltrán García-Echániz y Carolina Aguado Serrano (comisarias). Ellos reunieron obras de su patrimonio, de otros museos estatales y de colecciones privadas, para «arrojar luz» sobre la «leyenda negra» de una «conquista masculina y sangrienta».
De armas tomar
Para los que tuvimos la oportunidad de explorar este conocimiento del pasado, quedó claro que estas extraordinarias españolas estuvieron alejadas por completo de ese ideario de doncella frágil y desvalida que predominaba en el Siglo XVI. No podía ser de otra manera.
¡Imagínate el valor, las agallas que debían tener para atravesar el océano en un viaje que parecían interminable! En el camino, ellas y ellos enfrentaron por igual las pestilencias y diversos peligros mortales. Eso iba desde huracanes con gran potencial para hundir las embarcaciones, enfermedades como la «peste del mar» (el escorbuto), el hacinamiento que implicaba disponer solo de un metro cuadrado por persona, la comida podrida, la sed, las ratas, los chinches… y pare usted de contar.
Una vez establecidas en el «Nuevo Mundo», a ellas les tocó fundar, gobernar, guerrear, educar y sanar indígenas, regentar haciendas y hasta mantener virreinatos. Semejantes responsabilidades no fueron excusa para dejar de parir, de llevar las riendas de la casa, de ser madres y esposas cristianísimas.
Sin ellas, la conquista de América igual hubiese ocurrido… Pero JAMÁS se hubiera logrado su colonización. Eso queda demostrado en este maravilloso audiovisual que resultó del insigne trabajo del El Museo Naval de la Armada Española.