Cuenta la historia que hace muchos, muchos siglos atrás existió en la Grecia más antigua que el mismo Platón una liga de pueblos llamada «Anfictionía de Delfos». Aquella remota organización, que estaba dirigida por un Consejo de 24 miembros que representaba a las 12 tribus de la región de las Termópilas, inspiró a Francisco de Miranda y a Simón Bolívar a pensar en una Latinoamerica unificada como una sola nación.
La «anfictionía» fue un concepto que abrazaron esos primeros pueblos griegos cuando se dieron cuenta de que en la concordia, el apoyo y la unidad entre los que compartían un mismo idioma y cultura residía las soluciones a muchos de sus problemas. Tanto que, en un momento determinado, lograron desarrollar otras instituciones lo suficientemente estables como para llevarlos a ser la cuna de la civilización occidental; el lugar de nacimiento de la democracia, de la filosofía occidental, de los Juegos Olímpicos, la literatura y el estudio de la historia, la política, así como los más importantes principios de las matemáticas y la ciencia.
El anfictiónismo hispanoamericano
Francisco de Miranda, considerado el «Precursor de la Emancipación Americana» contra el Imperio español y conocido también como el «Primer Venezolano Universal» y el «Americano más Universal», fue el pionero en hablar de una confederación de los estados de América sobre la base de los anteriores virreinatos hispanoamericanos. A él se le ocurrió llamar «Colombia» a esa eventual gran nación.
Pero quien terminó dando los primeros pasos para lograr ese ambicioso proyecto fue el Libertador Simón Bolívar, inspirándose en el remoto y próspero pasado de la antigua Grecia. Una vez concluida la gran empresa de la emancipación de Hispanoamérica, buscó la manera de que las naciones hermanas, unidas por un mismo idioma y una cultura similar, nos congregáramos en torno a una mesa para discutir sobre los asuntos que nos concernían en el plano internacional. Las inquietudes giraban en torno al afianzamiento de las conquistas alcanzadas en el campo de la guerra, a la defensa de nuestros intereses frente a las potencias que amenazaban con recuperar sus dominios perdidos, a robustecer la amistad entre los nuevos Estados y a fundamentar sobre sólidos principios la posesión del territorio y las relaciones internacionales.
Puente del mundo… corazón del Universo
En la mente de Bolívar la idea de un congreso estaba unida al lugar de reunión; y este no era otro que Panamá. Algo que en realidad también fue inicialmente pensado por Francisco de Miranda. La razón: Su posición privilegiada en la geografía de América: de un lado el océano Pacífico, del otro el mar de las Antillas y el istmo como puente entre los dos hemisferios. Por eso, en una correspondencia que Simón Bolívar escribió estando en Kingston, Jamaica, el 6 de septiembre de 1815, señaló:
«Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo Mundo en una sola nación con un solo vinculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene su origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse; […] ¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo. Esta especie de corporación podrá tener lugar en alguna época dichosa de nuestra regeneración…»
Y luego, el 7 de diciembre de 1824, cuando finalmente Bolívar convocó la realización de ese Congreso, estando en Lima como jefe de Estado del Perú, escribió:
«Cuando, después de cien siglos, la posteridad busque el origen de nuestro derecho público, y recuerden los pactos que consolidaron su destino, registrarán con respeto los protocolos del Istmo. En él, encontrarán el plan de las primeras alianzas, que trazará la marcha de nuestras relaciones con el universo. ¿Qué será entonces el Istmo de Corinto comparado con el de Panamá?»
22 de junio de 1826
Fue este día que se instaló la sesión inaugural de lo que pasó a la historia como el «Congreso Anfictiónico de Panamá». A esta asamblea diplomática asistieron los delegados de cuatro Repúblicas: La Gran Colombia, Guatemala, México y Perú. En la práctica, desde la visión geográfica de hoy, esto equivalía a las siguientes naciones: Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, México y Perú. Once en total. Bolívar no asistió, ni debía asistir tampoco a su propia convocatoria, pues era una reunión de plenipotenciarios, no de jefes de Estado.
Fueron largas jornadas de trabajo que llevaron varios días, hasta el 15 de julio de 1826. En esa fecha se firmaron los documentos emanados del Congreso, conocidos como los «Protocolos del Istmo»: Un Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua, una convención de contingentes navales y terrestres y un acuerdo para reanudar en 1827 las sesiones en la villa de Tacubaya, muy cercana a Ciudad de México. El tratado constaba de 31 artículos más un artículo adicional. En el artículo segundo se especificaba del modo siguiente su principal propósito:
«…El objeto de este pacto perpetuo será sostener en común, defensiva y ofensivamente si fuese necesario, la soberanía e independencia de todas y cada una de las potencias confederadas de América contra toda dominación extranjera; y asegurarse desde ahora para siempre los goces de una paz inalterable y promover al efecto la mejor armonía y buena inteligencia, así entre sus pueblos, ciudadanos y súbditos, respectivamente, como con las demás potencias con quienes deben mantener o entrar en relaciones amistosas…»
En este tratado, el más importante de los aprobados en Panamá, además de declarar la solidaridad de las naciones firmantes, se afirmaba el carácter irrevocable de la independencia hispanoamericana. También se expresaba el deseo de lograr una paz justa con la antigua metrópoli, se establecía el principio de la conciliación y el arbitraje para resolver los conflictos internacionales y se concedía la ciudadanía común a los habitantes de las naciones contratantes. Además, se rechazaba la trata de esclavos, que era declarada un crimen contra la humanidad, y se esbozaban los lineamientos de una futura organización internacional que solo vino a ser realidad en el siglo XX con la creación de las Naciones Unidas.
Un gran éxito
Algunos han tildado de fracaso al Congreso de Panamá porque no se alcanzaron todos los objetivos propuestos por Bolívar. Pero en realidad, desde la perspectiva histórica, SÍ hubo logros de alta significación para Hispanoamérica y el mundo:
- Fue la primera vez que un puñado de naciones libres se sentaron alrededor de una mesa a dialogar como hermanas sobre los problemas del presente y los programas a llevar a cabo en el futuro.
- La suscripción del Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua fue el punto de partida de un nuevo derecho para Hispanoamérica, tal como lo concibió el Libertador: El arbitraje. Con esta modalidad no estaban de acuerdo las potencias europeas acostumbradas a obtenerlo todo por la fuerza.
- Se creó una mentalidad hispanoamericanista tendiente a asegurar la integridad de los respectivos territorios y cooperar a la eliminación del tráfico de esclavos.
- Dentro de la mentalidad creada en Panamá se da singular significación a la amistad y solidaridad que ha de reinar entre las naciones participantes y la prohibición de intervenir en ligas o tratados con Estados extraños a la confederación.
- Este primer ejercicio para levantar de puentes de amistad entre los hombres y los pueblos sirvió de simiente para el nacimiento, durante los siglos XX y XXI, de instituciones internacionales que laboran por la paz, la justicia, el derecho, la concordia y el progreso de los países que pueblan el mundo.
En Panamá HOY
Las reuniones del Congreso Anfictiónico se celebraron en la sala capitular del recinto que durante el periodo colonial fue el convento de San Francisco. En la actualidad esta edificación, donde funciona la Cancillería panameña, es el Conjunto Monumental y Patrimonial del Palacio Bolívar, declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO.
En el salón donde se realizaron aquellas históricas sesiones reposan, para el deleite de quien quiera ir a verlas, 28 piezas que conforman las Actas del Congreso Anfictiónico y que incluyen los protocolos de las diez Conferencias celebradas. Las actas fueron sometidas recientemente a un proceso de restauración y mantenimiento para garantizar su conservación en condiciones óptimas. El delicado trabajo, que tomó dos años y medio, estuvo a cargo de la reconocida restauradora española Mercedes Amezaga, en colaboración con los profesionales del Museo del Canal de Panamá, gracias a un convenio firmado con el Ministerio de Relaciones Exteriores.
En ese salón también reposa una réplica de la Espada Sol. La pieza original está en Venezuela y fue un obsequio de Perú al Libertador, diseñada en oro de 18 quilates y 1.374 brillantes.
Si quieres conocer otras historias que se han dando en torno a estos documentos originales – nos referimos a la insólita aventura para encontrarlos y traerlos a Panamá – te sugerimos visites estos espacios. También encontrarás aquí las interesantes anécdotas de la prestigiosa Sociedad Bolivariana de Panamá, fundada el 20 de julio de 1929 para perpetuar en el tiempo los valores y principios que propugnó el Libertador. La organización ha sido desde sus inicios una aliada en el resguardo de los tesoros históricos que alberga esa sala capitular. Te dejamos unas interesantes fotos de ese espacio. Haz clic sobre cada imagen para ampliar.
Potencia Mundial
Muchos han especulado sobre qué hubiera ocurrido si el sueño de Bolívar se hubiera hecho realidad. De todo lo que encontramos en la red, este vídeo de RT en español nos resultó interesante y entretenido. Te lo dejamos a ver qué piensas.
Para ampliar tu visión, también te invitamos a ver el FORO VIRTUAL INTERNACIONAL JUVENIL “El Sueño Bolivariano en tiempos de ahora”, que se realizó el lunes 22 de junio de 2020, día que se cumplieron 194 años de la instalación del Congreso Anfictiónico.
El evento fue una actividad organizada por el Grupo Simón Bolívar de Panamá que ve este acontecimiento histórico como el pionero del Derecho Internacional público y antecedente de las Naciones Unidas.
En el Foro Internacional Virtual participaron Cancilleres juveniles de Panamá, México, Nicaragua, Guatemala, Colombia, Venezuela y Perú, quienes analizarán el suceso desde sus diferentes realidades. Entre estos participantes estuvo, en representación de la Gran Colombia por Venezuela, nuestro compañero el Sr. Neto. El cierre estuvo a cargo del ex Presidente de la República Arístides Royo y Salvador Sánchez, del Tribunal Electoral.
La transmisión contó con el apoyo de la revista Guía del Graduando, del Centro de Estudios Democráticos del Tribunal Electoral, Panas Digitales, un grupo de periodismo colaborativo, y el equipo de producción de Mambriche Media. Aquí te dejamos el vídeo: