¿Feminista o feminazi?

Los derechos de las mujeres continúan sobre el tapete. Grandes avances, algunos retrocesos y ciertos cuestionamientos sobre las maneras como algunas féminas manejan las luchas por sus reivindicaciones. En el estudio, acompañando a la Chica X y al Sr. Neto, la abogada panameña Mayra Silvera, declarada defensora de los movimientos para acabar con la violencia femenina. Síguela en Instagram: @mayrasilvera_pa   Conoce más de su trayectoria visitando www.mayrasilvera.com

Aquí te dejamos el podcast de este programa:

 

Feminismo: El origen

Las inquietudes por los derechos de las mujeres comenzaron en la Edad Media, pero no pasaron a mayores. Luego, en 1673, surgió el primer discurso crítico a través de la filosofía de la ilustración – entonces muy novedosa – sobre la igualdad y diferencia entre los sexos. El punto cumbre de este movimiento sería la publicación de una obra titulad «Vindicación de los derechos de la mujer», escrita por Mary Wollstonecraft en 1792. Sin embargo, esto no sería propiamente un movimiento feminista.
Pasó el tiempo y vino lo que muchos llaman la primera ola: El feminismo liberal sufragista. Este movimiento, con gran impacto en Europa y América, se centró en el derecho al voto y a la educación en un momento en que la humanidad pasaba por la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
La segunda ola se dio en los años setenta con lo que las feministas llamaron «el malestar que no tenía nombre». A la derecha dispusimos una galería de imágenes que muestra las expectativas que se tenían de las mujeres casadas para los años cincuenta. 

Por eso, el combustible en esta etapa del feminismo fue la discusión sobre el patriarcado, la liberación de la mujer y su situación a nivel mundial en cuanto al reconocimiento de sus derechos humanos, que ya eran considerados universales e inalienables.

Recientemente, en los años 90, arrancó la tercera ola que se extiende hasta hoy en día. Podría ser considerada una continuación o reacción a las lagunas que se cree que quedaron de los movimientos feministas anteriores. Pero ahora vemos ciertos componentes de radicalización que han llevado a acuñar un nuevo adjetivo calificativo para quienes se apuntan en esta variante: «Feminazis». El término fue popularizado por Rush Limbaugh en 1992, un locutor de radio y comentarista político conservador estadounidense.

Feministas

Algunas actitudes que define a una feminista:

  • No solo luchan por los derechos de las mujeres, sino por el de todas las personas, por la igualdad de género. Entiéndase: Igualdad, NO supremacía. Para algunas, más que ser feminista, se trata de ser humanista.
  • Lucha contra los estereotipos que dañan a las mujeres y a los hombres.
  • Respeta y ama su cuerpo. Está orgullosa con lo que es y no deseas cambiar ningún aspecto de si, independientemente de los juicios y estándares establecidos a veces por las mismas mujeres. Esto incluye la forma de vestir. Siempre usará la ropa que más le guste, sin que necesariamente eso esté influenciado por tendencias de moda u opiniones de terceros, especialmente de aquellos que consideran que para ser feministas se debe vestir como hombres.
  • Reparte equitativamente las tareas del hogar. El feminismo también consiste en dividir con la pareja algunas tareas que en el pasado se le atribuyeron a las mujeres. Por ejemplo, el hombre puede ayudar a cocinar, limpiar la casa e incluso peinar a sus hijas. También está dispuesta a realizar labores que suelen dárseles a los hombres, como por ejemplo reparar alguna cosa en la vivienda o cambiar un neumático.
  • No condiciona a las mujeres en su vida. Acepta la libertad de su decisiones personales, incluyendo su interrelación con el otro sexo, pues es la única manera en la que se llegue a la igualdad que tanto deseamos. Una feminazi siempre atacará a otra mujer cuando difiera en una opinión, etiquetándola con peyorativos como «machista alineada» o burlándose se sus ideas.
  • Lucha por condiciones de trabajos equitativas, buscando siempre que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades de salario y ascenso, atendiendo su preparación y capacidades. Ambos, aunque biológicamente son diferentes, pueden alcanzar los mismos éxitos.
  • Crían hijos independientes y fuertes, indistintamente si son niñas o niños.

Deja una respuesta